jueves, 3 de abril de 2014

Ellas



Ayer mismo, yo tenía quince años y me encerraba en mi cuarto para escribir y que nadie me viera, y antes de ayer, yo era una niña que jugaba en la calle con mis amigas, hace nada yo era inocente y buena, buena pero rebelde y no sé si con causa o sin ella.

Ayer mismo queda ahí detrás de la puerta y aquí dentro en mis recuerdos para nunca volver. Hoy, ahora soy abuela y todavía no me lo creo, no me creo que esa sonrisilla sea toda mi vida, esa sonrisa y la de su madre que empieza a mirar la vida con los ojos de la esperanza nueva.

El chicle del que hablaba el otro día, ha vuelto hacia atrás y no se ha roto...el corazón sí, ese anda pachuchillo a ratos, pero vuelve a bombear sangre nueva cuando mira a su niña.

Somos felices a ratos las tres, formamos un buen equipo que intenta salir a flote, y vamos nadando y nadando con fuerza, avanzamos cada día un poco más y lo que dolía mucho ya duele menos, y lo impensable se piensa, y lo imposible se va haciendo realidad.

Podría escribir en plan rebelde porque causa si que tengo y mucha, pero no quiero perder mis energías en lo que no merece la pena, y porque además las necesito para tirar de este carro llamado vida que pesa tanto.
Cierro el circulo con ellas dentro, somos tres y podemos. Ya escribiré sobre el tiempo, sobre política, sobre todo, cuando ellas se vayan soltando un poco de mí...eso significará que ya hago menos falta y me alegra no hacer tanta falta, señal de que todo vuelve a la normalidad como antes del desastre. Me apetece poner una foto hoy y llamarlas "guapas". Os adoro.