Yo al otro lado del salón, y ella en los brazos de su madre sin poder verme, escucha mi voz y se ríe, creo que la identifica con algo bueno. Mi niña tiene dos madres, dos nanas por la noche, ración doble de besos, cuidados a pares, miradas parecidas, olores casi iguales, abrazos eternos...ella y yo, seremos cómplices, incluso mi hija me lo dice, nota un conexión entre nosotras que salta a la vista, que se nota y se intuye.
Mi intención única, es que sea feliz, que sonría mucho, yo seré su payasa, su entretenimiento, suya en cuerpo y alma, no hay un amor más puro que el de una madre hacia su hija y hacia su nieta. Elsa es el motivo que me faltaba, por ella todo.
Creo que le caigo bien.
Mi vida es otra, si ellas están bien , yo lo estoy aunque no piense en mí nunca por no verme las heridas que tengo camufladas con esfuerzo y mucho para no caerme en el abismo de la existencia.
Elsa es un motivo y por ella, no caerás sino todo lo contrario: ellas dos te harán volver a descubrir más y más motivos.
ResponderEliminarSonrisas hacia este salón cálido.
Quiero imaginar esa energía que debe de llenar la estancia, todo LUZ, todo AMOR,un vínculo que una tres vidas en una, y la suerte de de poder vivirlo.
ResponderEliminarDisfruta mi querida Ana, ama y déjate amar , tus dos amores te llenaran las heridas de bálsamo.
Te mando un besote enorme y un montón de buenos desees para todos tus seres amados y para tí.
<<<<<<supongo que tu chaval bien…….
Serás su payasa, su maestra, su maga... porque en el amor uno es todo, es el contrario a la nada que tira de nosotros hacia el abismo.
ResponderEliminarAhora no hay abismo, hay vida, Elsa, vosotras.
Un abrazo, a ver si hace bueno y te encuentro paseando a tu niña.
No hay nada más fuerte que ese tipo de amor, absolutamente desinteresado.
ResponderEliminarTres abrazos.
Así que ya eres abuela feliz que se le cae la baba cuando está con su nieta.
ResponderEliminarTe echaba de menos.
Besos y salud
PD
¿Podrías quitar eso de la verificación para robots?
Gracias, lo detesto.
Y el amor desinteresado, suma y se multiplica, esas matemáticas nunca fallan, Ana, lo verás cada día.
ResponderEliminarUn beso para ti y tus niñas, guapa.
Veras, veras, querida Ana, esa preciosa criatura te hará olvidar la viejas heridas camufladas y algún que otro sin sabor que siempre hay, te lo digo yo que sé lo que es eso, un abuelo al que ya se le van haciendo grandes (una seis y otro diez) te cambia la vida, su llanto a veces, su sonrisa, ver su tierna carita en profundo sueño…huummm este abuelo todavía babea.
ResponderEliminarQue seáis felices.
Un abrazo.
Me has emocionado, Ana, Elsa tiene mucha suerte, eres una abuela maravillosa con un corazón enorme, me alegra mucho verte tan feliz, la vida a veces nos derrumba, pero por suerte todo poco a poco va pasando.
ResponderEliminarUn abrazo grande para ti y tus dos niñas.
Harás de tu nieta una niña feliz y ella te contagiará, esa pequeña ha tenido suerte, va a tener una abuela genial. Yo que lo soy tres veces te prometo que es de las mejores cosas que se puede ser: abuela. pero no parpadees que crecen muy deprisa. Un abrazo
ResponderEliminarAbrazos
Hola Ana, ya he dado contigo y me he emocionado porque he reconocido tu forma de escribir, tu sensibilidad, tu sentimiento.... y por él me he dado cuenta de que algo feo te ha sucedido, algo que ya se va superando y de lo que yo me alegro mucho.
ResponderEliminarAhora sé que algo debió ocurrir para cerrar el otro blog como lo hiciste, sin una despedida, pero yo me alegro mucho de haberte encontrado de nuevo y a menos que tú me eches, te seguiré leyendo, jeje.
Besos apretaos, Ana.