domingo, 21 de enero de 2018

Zegrí



La noche no es para mí, porque me llevo a la cama todos los insomnios, todos los miedos y todas las mierdas de la vida. Iba a decir de  "esta vida " pero es que no hay otra. Y para qué más.

Mi insomnio actual es Zegrí y su propio insomnio, sus 16 años y tres meses, su Alzheimer de perro anciano, sus olvidos, sus paseos de madrugada por la casa, la luz encendida toda la noche y casi todo el día...Zegrí está perdido en sí mismo, no sabe a dónde va aunque esté conmigo, duerme de día, va y viene de noche topándose con las puertas y con los muebles. Es triste verle así, apagado, detrás mío tan dependiente, tan yo que sé.  A veces se mete debajo de una silla y no sabe salir, o se queda con la cara metida en un rincón como si estuviese castigado o se queda parado en cualquier sitio mucho rato inexpresivo.  16 años junto a mí  son pocos, - es demasiado corta la vida de un perro amigo-  y lo digo siempre, me ha dado mucho más que yo a él o tal vez el 50 por ciento cada uno.  Cada día le pierdo un poco más y me angustio, no quiero que se sienta sólo, no quiero que sufra,no quiero que se vaya de mi vida. El no sabe que  los seres vivos nos morimos, eso es algo a su favor porqué vivió feliz a mi lado , yo lo he visto sonreír y jugar, bañarse en la playa y en el río, comer y dormir bien,- ha sido feliz- ese era mi único objetivo desde que llegó a casa con dos mesecillos.  Aquí estoy escribiendo de madrugada  mientras le escucho caminar por  el pasillo. Como el título de este blog, Zegrí es ahora mi luz y mi sombra, pero le quiero y mucho. Es mi niño viejo de cuatro patas, envejece conmigo pero más rápido.

4 comentarios:

  1. Está muy presente en tus oraciones. Recuerdo que me lo nombraste hace casi cinco años, cuando yo escribí de Zeppo , un fox-terrier de mi juventud. Cuando aquél escrito tu Zegrí tenía once años.

    ResponderEliminar
  2. Gracias, Macondo. Mi Zegrí sí es muy cariñoso, le corre ternura por las venas y busca las caricias más que el agua o la comida. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Quien no haya tenido perros no puede entender que se les llegue a querer, al menos lo mismo, que a cualquier miembro de la famalia especial para nosotros. Yo he tenido perros desde niño, ahora llevaba ya bastantes años sin perro, pero hace unos dos meses he adoptado a una perrita abandonada, Pitufina, Pitu, para los amigos, y de nuevo he vuelto a disfrutar de una amorosa compañía...
    Tienes razón con esa reflexión en la que no había pensado nunca, los perros, a diferencia que nosotros no saben que se tienen que morir ¿O si? quien sabe...
    Besos y salud

    ResponderEliminar
  4. Se llega a tomar mucho cariño a estos seres que saben mucho más de nosotros de lo que nos imaginamos.
    Un abrazo especial.

    ResponderEliminar