Se acerca el 8 de Marzo, y no habría que celebrar nada si lo que se celebra fuera la norma de esta sociedad machista. Las mujeres no somos ciudadanas de segunda ni en el trabajo, ni en las categorías, ni en los sueldos, tampoco somos el sexo débil . Pedimos " y no tendríamos que pedirlo " respeto, igualdad, mismo sueldo por el mismo trabajo, y protección ante la violencia machista. Creo que hace muchísimo, desde siempre, que ya es hora. Es hora de que las mismas madres dejen de ser machistas en la educación de sus hijos. Ahí empieza la igualdad.
Si incluso nosotras mismas somos machistas con nosotras, que se puede esperar?
ResponderEliminarojala ese día no se celebrase, se vería que algo se hace bien
saludos
Si, no podría estar mas de acuerdo contigo :)
ResponderEliminarBesos y salud
Totalmente de acuerdo con lo que dices, y es cierto ya que muchas veces el machismo comienza en el mismo seno familiar y por parte de la madre que quizás inconscientemente está metiendo la pata. Lo lógico es que ese 8 de marzo no se tuviera que celebrar nunca, señal de que la igualdad entre mujer y hombre era total.
ResponderEliminarBeso.
Mi hermana, que vive en un pueblo pequeño, se enfrenta con sus vecinas diciéndoles que no pretendan yernos modernos cuando están educando hijos machistas. Es una labor de todos.
ResponderEliminarCuando digo que las madres son culpables me miran mal, las madres y la educación. Hoy una educadora decía que pensemos en un colegio, en el patio del recreo, ¿cuanto terreno de ese patio se dedica a jugar al futbol?- Todo, las niñas tiene que sentarse en un rincón para que no les den balonazos ¿y que pueden hacer en ese pequeño espacio?- charlar, hablar. Cuando crecemos ellos estan acostumbrados a coger todo el espacio y ellas a conformarse con la esquina. Parece tonto pero creo que tiene razón. Un abrazuco Ana
ResponderEliminarNo se que ha pasado que la entrada sobre tu abuela, no está aquí, la leí en el Feedly y te felicito porque te ha quedado redonda, como escribías antes, me alegro mucho.
ResponderEliminarComo tu y tu abuela, también le tengo miedo a la muerte, también me quedan muchas cosas por hacer.
Besos y salud
No lo creo pero por lo menos tenemos uno abrazos
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